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17 ene 2012

Clemencia

Ignacio Manuel Altamirano fue uno de los escritores más celebres de México en el siglo XIX, además de político y liberal, de los de entonces. Su obra más famosa, y quizás la mejor, es la novela Clemencia, publicada en 1869, dos años después de que el archiduque Maximiliano de Austria fuera pasado por las armas debido a la nula clemencia que tenía el famoso Juárez.
Clemencia se sitúa precisamente en medio de la guerra entre las tropas enviadas a México por Napoleón III y el ejército leal a Juárez. Después de las primeras batallas, el ejército mexicano se ve en la necesidad de replegarse a Guadalajara, y entre sus filas se encuentran dos jóvenes oficiales, Enrique Flores y Fernando Valle, que mientras esperan a los franceses se dedican a enamorar a las jóvenes más bellas de la ciudad.
Flores la tiene sencilla, es bastante guapo además de galante y cuenta con sobrada experiencia como seductor. Valle, por el contrario, no es precisamente un buen mozo, su aspecto altanero desagrada y no tiene lo que se dice facilidad de palabra porque su vida ha sido siempre muy triste. Pero Flores no tarda en hacer caer entre sus redes a una bella y acaudalada joven de nombre Isabel, prima de Valle, y éste se siente fuertemente atraído por la más bella aún Clemencia, la mejor amiga de su prima.
Clemencia, lamentablemente para el poco agraciado Valle, también se enamora de Flores, pero al ver que éste ha elegido a su mejor amiga decide darle celos con el torpe e ingenuo oficial que se muere de amor por ella. Valle, que lleva un león por dentro, al enterarse de que lo han estado usando, reta a duelo a Flores -así eran las cosas en aquel lejano siglo-, pero Flores es tan guapo como cobarde y delata a Valle ante sus superiores, quienes tienen prohibidos los duelos entre oficiales en tiempos de guerra.
Valle tiene que digerir como puede su derrota, Flores y Clemencia se juran amor eterno dejándolos a él y a su prima con el corazón molido. Pero entonces empiezan a llegar los franceses y Valle descubre que Flores planea desertar y unirse a ellos llevándose todo su batallón. El día que Valle lo delata, Flores es citado al paredón para la mañana siguiente. Mientras tanto Clemencia, que no cree que su amado sea un traidor, acusa a Valle de haber inventado una calumnia para vengarse de Flores y le provoca el más amargo de los sufrimientos. Y Valle, más romántico aún que valiente, sin poder soportar ver sufrir a la mujer que ama, decide remplazar en el paredón al que más daño le ha hecho en la vida.
La novela es buena y se lee rápido, aunque lo cierto es que la prosa del siglo XIX, lenta y muy cuidada, puede no ser fácil de digerir hoy en día. Pero quien busque una novela romántica, donde el héroe, que es mortal -no como en Crepúsculo-, se sacrifica por su amada, puede que pase con ella ratos muy agradables.

2 comentarios:

  1. ¡Curioso encontrar una reseña de este libro!! No he leído "Clemencia", pero sí "La navidad en las montañas" y "El Zarco". Recuerdo en especial este último, un libro realista de tintes aún muy románticos que me gustó mucho (sin dejar de lado eso que mencionas sobre lo difícil de digerir ciertas obras del pasado).
    Creo que tengo "Clemencia" por ahí, ahora muero por leerla, gracias. :D

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  2. No soy precisamente un seguidor de las novedades, no siempre, por eso algunas veces me veo obligado a reseñar obras que ya quedaron en el pasado. Por lo que respecta a Clemencia, es mucho mejor que Navidad en las montañas.

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