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26 may 2012

¿Los libreros prescriben?


En muchas ocasiones he leído aquello de que un librero no sólo vende libros, sino que también es un excelente crítico que pone al alcance de sus clientes la mejor literatura. Quizás eso era antes, aunque tengo mis dudas. Pero si un librero, en los tiempos que corren, se pone a ser selectivo, en cuanto a calidad literaria se refiere, con los libros que vende, pronto morirá de inanición.
Conozco a algunos libreros, y a más de uno con buen gusto literario, pero incluso ellos aceptan que no leen lo que más venden. Un librero tiene que tener un buen ojo para seleccionar el local donde pondrá su librería, en alguna calle muy transitada, y mejor aún una esquina, cerca de una universidad, junto a una cafetería, entre otras cosas. Pero dudo que haya muchos que se propongan vender buena literatura. Una librería no deja de ser un negocio y todos los negocios venden los productos de los que más se habla.
Recuerdo que después de que Barack Obama ganó la presidencia de los Estados Unidos, su libro, Sueños de mi padre, tapizaba los escaparates y los muros de las librerías a donde entraba. Cuando el cantante Ricky Martin confesó sus preferencias sexuales y después escribió un libro, éste era exhibido a montones en las librerías. El último libro que vi en tales circunstancias fue una biografía de Steve Joves,  poco después de su muerte.
Lo mismo pasa con las novelas que ganan el Premio Planeta, las de Dan Brown y un sin fin de etcéteras. Los libreros sólo piden lo que más se vende y lo ponen donde el posible lector pueda verlo sin que siquiera entre a la librería. Si un lector toma entre sus manos El código Da Vinci o Crepúsculo, el librero sonríe y quizás diga “excelente elección, señor”. Y es que la mayoría, como casi cualquier comerciante en época de crisis, son muy educados y le dan al cliente lo que pide. Se trata de sobrevivir.
Alguna vez, reflexionando con un amigo, llegamos a la conclusión de que las mejores obras literarias muchas veces están en las librerías de viejo. Allí no hay novedades, y eso es bueno, porque la producción editorial en español, autóctona y traducida, cada vez es peor. Aunque se sigue escribiendo bien, los editores publican sólo lo que creen que puede venderse y traducen lo que se vende mucho. Se adaptan a nosotros los lectores, que cada vez somos menos exigentes.

2 comentarios:

  1. Tienes toda la razón. Quizás alguna que otra librería, sobre todo de viejo como dices, pueda decantarse por ofrecer sobre todo calidad literaria, pero la norma general es que te den lo que pides. Mi librero de confianza, en concreto, sólo trabaja con las grandes editoriales, no le sale rentable hacerlo con las pequeñas, pero aún así él me da su opinión acerca de los libros que más le han gustado a él (y rara vez falla en sus recomendaciones).

    Un beso shakiano!!

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  2. Cierto que un librero quizás hace buenas recomendaciones literarias a sus amigos, pero al público en general le venden la bazofia que se edita hoy en día sin ningún remordimiento.

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